viernes, 9 de septiembre de 2011

LA PIEL QUE HABITO de Pedro Almodóvar



 Normalmente, las películas de Pedro Almodóvar me suelen gustar bastante, sobre todo aquéllas en las que transita con maestría entre la comedia y la tragedia. Pero tampoco soy un defensor acérrimo, ya que hay veces que considero que el resultado ha sido fallido (La mala educación, Kika...). 
 Su última obra se ha promocionado como un cambio de registro hacia tonos más oscuros e incluso como una arriesgada propuesta entre el thriller, la ciencia ficción y el terror. Algo de todo eso hay en La piel que habito y desde luego la concesión a su habitual comicidad queda reducida a un par de secuencias. 
 La película avanza con interés y cierta frialdad hasta un punto en el que no hay retorno posible. Es en este tramo del argumento donde o entras de lleno y participas del juego o te desvinculas del todo como le ha ocurrido a un sector de la crítica. Es verdad que hay riesgo, lo que se plantea puede resultar extravagante, pero es precisamente donde pienso que la película gana puntos y me ha captado del todo. 
 Sea más o menos fácil digerir la fascinante historia de la película, lo que es innegable es la perfecta calidad técnica que ofrece: Almodóvar consigue unos planos y encuadres geniales y además el conjunto se arropa con una magnífica fotografía, ambientación ( esta vez menos colorista, así lo exige la trama) y la siempre envolvente música de Alberto Iglesias.
 Hay detalles cuestionables en su guión: el personaje de Marisa Paredes parece un simple pretexto para que el espectador conozca detalles cruciales del protagonista, por no hablar del delirante papel de Roberto Álamo, una forzada manera de hacer que la historia arranque. Aunque la frase final cierra la película de manera genial, pienso que, puestos a arriesgar, la historia daba para un desenlace algo más grandilocuente.
 En cuanto a los protagonistas, Banderas aprueba con holgura en su regreso al cine español. Viendo lo que había hecho últimamente, no es tan meritorio decir que es su mejor trabajo en años. Siempre he pensado que su mejor papel fue el de "Átame". Eso sí, la que brilla como nadie es Elena Anaya, está fantástica.
  Es muy importante no saber nada de su argumento , ya que desvelarlo mínimamente sería arruinar la película. No será un "Almodóvar" de esos que no me canso de ver como "Volver", entre otros muchos ejemplos, ni creo que esta nueva piel en la que se ha metido sea un punto de inflexión en su estilo, pero admito que el resultado final es satisfactorio y notable.


  

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