Entre las numerosas fotos que tengo de mis compañeros del IES de San Antonio de Benagéber, he sido incapaz de encontrar una en la que no faltara un compañero/a lo suficientemente imprescindible. Así pues, ante la imposbilidad de publicar la foto que plasme al 100% lo bien que he trabajado a vuestro lado, me decanto por la vía fácil y pongo la del edificio. Además, así me evito las posibles y comprensibles quejas de quien no quiere que su foto salga en la red.
Este curso ha estado lleno de novedades:
-La experiencia de empezar en un centro que abre por primera vez sus puertas, lo que conlleva tanto ventajas como inconvenientes.
-La creación de un blog que siguiera el trabajo de los alumnos en el laboratorio
-La posibilidad de crear un montón de materiales visuales gracias a que contaba con proyector en mi aula
-El desempeño de un nuevo cargo hasta ahora desconocido para mí, la jefatura de Departamento
-La oportunidad de poder formarme en un curso de mediación.
Un año, por lo tanto, muy interesante en términos laborales, a lo que añadiré un alumnado más que aceptable y un balance final positivo de mi relación con ellos.
Pero quizás lo que haga que bromee con mis amigos sobre el padecimiento de una extraña y nueva enfermedad laboral llamada "depresión PREvacacional" ha sido, sin duda, la gente con la que he compartido clases, guardias y recreos: mis compañeros.
Del primero al último, todos llenos de virtudes y peculiaridades (más que defectos), habéis contribuido a que haya pasado un curso genial. Para el recuerdo quedarán siempre los tradicionales aperitivos de los viernes, las improvisadas comidas y cenas "clandestinas", la multitud de bromas y el colofón final que hemos perpetrado esta tarde, algo excesivo, pero desternillante. Gracias, gracias y mil gracias a todos, porque con gente como vosotros puedo presumir de trabajar en lo que me gusta y entrar cada mañana al centro con una sonrisa de oreja a oreja.
Que tengamos todos mucha suerte el curso que viene y feliz verano.