lunes, 26 de julio de 2010

"ÉRASE UNA VEZ" exposición de Alfredo Llorens


Érase una vez un paisaje que era el medio de vida de  muchas personas, un paisaje que era patrimonio cultural de una región, un paisaje que con los años se ha ido mermando ante la mirada mayoritariamente resignada de una sociedad que no es consciente de lo que se está perdiendo.
Las fotografías  de Alfredo LLorens extraen a la perfección la belleza de la huerta valenciana y nos invitan a poner atención en este sector de nuestro entorno. Habrá opiniones para todo: quienes piensen que ya se ha reducido bastante y la protección ha de ser más férrea o quienes piensen que su desaparición es un comprensible daño colateral del desarrollo urbanístico. Aunque con sus imágenes sencillamente espectaculares simplemente se muestra  la huerta tal y como es, uno no puede evitar posicionarse contra la pérdida de este paisaje.
 Así que pasaos antes del 2 de Agosto por la Associació cultural de Massarrojos para disfrutar de estas imágenes. Una vez más, enhorabuena Alfredo. 

jueves, 22 de julio de 2010

LAS POSIBLES VIDAS DE Mr. NOBODY de Jaco Van Dormael


 Todos alguna vez nos hemos preguntado sobre nuestra existencia, sobre el sentido de todo lo que nos rodea. A lo largo de la vida vamos eligiendo o rechazando las diferentes opciones que el azar y las circunstancias nos ponen por delante. Creemos que nuestra vida discurre por la vía tomada por nuestra elección pero no sabemos nada de las múltiples opciones que hemos dejado en el camino  y que hubieran dado lugar a numerosas y posibles vidas paralelas a la nuestra. Esta alucinante película se centra en las diferentes vidas que el protagonista tendría según las elecciones a las que se ve sometido. Lo bueno es que no se decanta por ninguna de esas vidas en particular ya que lo que plantea es que todas son reales... o no. 
 Todas las pequeñas historias que se cruzan como las metafóricas vías de tren y encrucijadas con las que la película te bombardea, se ven interrumpidas, a veces de manera forzada, por cuestiones que van más allá. La película da pie para plantear la teoría del "efecto mariposa" , la expansión y posible compresión del universo, el tiempo como cuarta dimensión... en fin, un cóctel explosivo amenizado por fascinantes imágenes que hacen que el conjunto sea toda una experiencia visual.
 Tras un comienzo algo confuso, en pocos minutos he entrado de lleno en la película y me ha arrastrado por donde ha querido durante sus dos horas largas, así que puedo concluir que a mí, personalmente, me ha encantado. De hecho, he salido de la sala dándole vueltas y más vueltas a los numerosos detalles y al auténtico chorreo de imágenes por minuto al que he asistido. Por otra parte, tengo que advertir que a gran parte de los asistentes al preestreno les ha parecido algo excesiva.

BENIMACLET MOLA

Para Esperanza, que aunque ahora sea Russafera, exprimió al máximo la vida en Benimaclet.

Hoy he comido en el restaurante "Pata negra" de Benimaclet, un sitio al que ya había ido un par de veces y que me gusta por su comida y por el buen rollo general de su ambiente, sobre todo en el patio. Es cierto que hoy se han tomado demasiado en serio lo del minimalismo gastronómico, pero como bien dice mi amiga Pili, siempre que salimos a comer nos pasamos con las cantidades.
 El caso es que la ocasión me ha servido para disfrutar una vez más de este barrio que , pese al tiempo, no termina de perder su identidad como pueblo. Decir que Benimaclet es un barrio juvenil y divertido es demasiado superficial. Decir que es un barrio comprometido y reivindicativo no es definirlo completamente. Benimaclet es todo eso y mucho más. Benimaclet es, ante todo, un barrio lleno de vida.

Famosa casa de Benimaclet que utilizó Almodóvar en "La mala educación"

 Dar vida al barrio es la intención de su incansable asociación de vecinos, que además de innumerables actividades culturales (como el actual cine de verano en la plaza) o incluso deportivas (tienen su propia Volta a peu) realizan un activismo del todo ejemplar. Como muestra, lo que hicieron este invierno: hartos de esperar a que el Ayuntamiento de Valencia construyera un jardín y un aparcamiento en un solar de 5000 metros cuadrados, tras 16 años desde su aprobación, los vecinos de Benimaclet tomaron la iniciativa en lo que ellos califican de "autogestión". El solar en cuestión se había convertido en un vertedero ilegal lleno de escombros e incluso hace años sirvió de lugar para deshacerse de un cadáver. En sólo un fin de semana y con muy pocos medios, los vecinos lo acondicionaron plantando un centenar de árboles y dispusieron un aparcamiento para 300 coches. Mientras, siguen esperando al Ayuntamiento.
Por todo esto y mucho más...Benimaclet mola.

jueves, 15 de julio de 2010

LA SONRISA DEL DELFÍN



 En la localidad japonesa de Taiji, en una inaccesible cala, matan cada año a escondidas y sin ningún tipo de control ni normativa a más de 23.000 delfines. El principal uso del delfín es la alimentación: la carne del delfín es barata pero aunque lo nieguen los que comercian con ella, contiene unos peligrosísimos y excesivos índices de mercurio. A pesar de esto, la carne es introducida en almuerzos escolares o se hace pasar por carne de ballena, supuestamente más sana. En otras ocasiones, Taiji sirve de proveedor de delfines para delfinarios y shows acuáticos de todo el mundo como el que yo mismo aplaudí inocentemente en mi ciudad. Los delfines son animales extremadamente sensibles al ruido, su cautividad en un delfinario y el ruido al que están sometidos tanto en sus piscinas como en los espectáculos, hacen que en su alimentación diaria se incorporen medicamentos para tratar las úlceras ocasionadas por el estrés. Otras veces, simplemente no sobreviven en cautividad.

 En general, la sobreexplotación de los océanos y la pesca sin control es uno de los mayores problemas a los que nos vamos a tener que enfrentar en las próximas décadas. Es cierto que ya se dan pequeñas medidas de alternancia de pesca de algunas especies, pero son tímidos avances que no pueden contra la estupidez humana, que sólo mira por el presente y no por el futuro que vamos a dejar.
 Estos son los temas principales del impresionante documental "The cove" donde un grupo  de personas trata, con múltiples dificultades, de acceder a la cala para poder mostrar al mundo la crueldad con la que se retiene y se mata a estos animales. Este grupo está encabezado por Richard O'Barry, el que en su día fue entrenador del televisivo Flipper, y que sintiéndose responsable de la fiebre que desató el programa, por el que se empezaron a crear delfinarios, se ha pasado media vida intentando liberar delfines. El activismo de O'Barry le ha llevado a ser detenido en numerosas ocasiones, y ha intentado concienciar a la sociedad incansablemente haciendo peligrar su propia vida.
 El montaje y el modo en que esta película está contada hacen que además de un documento impactante, parezca que estemos viendo un thriller de espionaje muy entretenido.
Con este monitor pegado al cuerpo, O'Barry se cuela en las reuniones de organizaciones pesqueras para mostrar las imágenes de Taiji y desenmascarar al gobierno japonés y a la CBI

 La película habla también de las características de estos animales, sobretodo de su sorprendente inteligencia, y de otros asuntos como esa patraña llamada la Comisión Ballenera Internacional, donde mediante ridículos argumentos como tratar a los delfines de plaga y comprando votos a países subdesarrollados, Japón se asegura holgadamente su pesca anual de cetáceos. Por lo visto y según muestra el documental, el asunto de las ballenas y delfines en Japón va más allá de lo económico y lo defienden como una seña de identidad tradicional y patriótica frente al dominio norteamericano o europeo. Como si en otros países no se hicieran cosas similares: recuerdo un mail con imágenes de las islas Feroe, donde cada año se mataban a decenas de delfines calderones en medio de un acto tradicional y festivo, donde los jóvenes entraban en la edad adulta a cuchillazos con los delfines, aprovechando la época en la que éstos se acercaban a la costa.

De esta bonita manera los jóvenes de las islas Feroe se hacen "hombres"

 "The cove" se estrenó la semana pasada en Japón tras varias cancelaciones. El estreno estuvo lleno de altercados y protestas, quizás sirva para que una pequeña parte de la sociedad japonesa tome conciencia de la barbaridad de Taiji. Desde luego, las imágenes de esa cala, literalmente teñida de rojo, no pueden dejar indiferente a nadie.
 Así pues, no os llevéis a engaño, la perpetua sonrisa de los delfines no es más que un peculiar rasgo de su físico. Delfines como el de esta imagen o como los que aplaudía en Valencia, pueden estra sufriendo todo tipo de calamidades.

LONDON RIVER de Rachid Bouchareb


El 7 de Julio de 2005 cuatro explosiones a cargo de terroristas suicidas de Al-Qaeda, sembraron el terror en Londres. Tres bombas en diferentes vagones del metro y una cuarta en un autobús, acabaron con la vida de 56 personas y dejaron más de 700 heridos.
 Este suceso hace coincidir a dos personajes muy alejados entre sí: una mujer británica protestante y un musulmán africano. Ambos acuden a Londres al enterarse del atentado para comprobar que sus respectivos hijos están bien. Mientras cada uno desarrolla su propia búsqueda, el azar va uniendo los caminos de  los dos protagonistas que, condenados a entenderse, no pierden la esperanza de encontrar a sus hijos.
 Una historia que mantiene al espectador en vilo y donde se demuestra, una vez más, que la empatía y la comunicación prevalecen ante cualquier prejuicio cultural. Una película emotiva, sin recurrir a sentimentalismos, y defendida por dos actores que hacen un trabajo conmovedor: la genial Brenda Blethyn (Secretos y mentiras) y el desconocido actor africano Sotigui Kouyate (fallecido el pasado mes de abril), que con su contenida y entrañable interpretación consiguió el Oso de plata en el último Festival de Berlín.
Muy recomendable, sobre todo si tenemos en cuenta la escasa oferta interesante de la cartelera veraniega.

jueves, 8 de julio de 2010

EL LIBRO QUE NUNCA SE ACABABA...


He leído por ahí que John Irving tiene una literatura generosa porque sus novelas no bajan de las 500 páginas. Reconozco que he tardado más de un mes en terminar las 650 páginas de "La última noche en Twisted River" y que hacia el final la curiosidad por el desenlace se había transformado en una cuestión de orgullo personal, de "esto yo me lo acabo como que me llamo..."
 Vaya por delante que John Irving es un gran escritor norteamericano y no puedo decir, ni mucho menos, que no sea un buen libro. Ahora bien, desde la más absoluta humildad de lector aficionado, pienso que se podía haber ahorrado algunos pasajes muy poco relevantes y dejar el tocho en unas más asequibles 500 páginas.
 El libro cuenta la historia de un padre y un hijo que tras una muerte accidental, huyen de su pueblo con la sospecha de que serán perseguidos por un vengativo policía. A lo largo de 50 años de la historia de Norteamérica, asistimos a la vida de estos dos hombres que van cambiando de hogar, trabajo y compañías , siempre que tienen algún indicio de su perseguidor, gracias a la ayuda de un viejo amigo que nunca pierde el contacto con ellos. El libro tiene momentos brillantes, pero como he citado antes, se podía haber ahorrado unos cuantos innecesarios.
 De Irving ya leí y comenté en su día "El mundo según Garp", una de sus obras más conocidas. No sé si será una constante en el resto de su obra, pero en esta última novela reitera temas que ya trató en la otra: un protagonista dedicado a la escritura, el miedo de los padres a los peligros que acechan a sus hijos, los accidentes de coche, los despertares sexuales...Aunque lo de repetirse me importa menos, también lo hace Woody Allen con sus películas y no me quejo.  De todas formas, antes de recomendaros "La última noche en Twisted River", casi es preferible leer "El mundo según Garp" que vale por los dos.
 Y como ya soy libre de John Irving, por lo menos durante unos cuantos años, empezaré un nuevo libro...

miércoles, 7 de julio de 2010

LA MUELA

 Desde que tenía 8 hasta los 14 años llevé todo tipo de ortodoncias que me dejaron una dentadura bastante aceptable. Esta costumbre casi semanal de ir al dentista hizo que nunca hubiera participado del miedo colectivo que la gente suele tener a acudir al dentista. Esa percepción cambió ayer.
 Una de mis muelas del juicio había crecido algo desviada lo que me provocaba bastantes molestias, y lo que parecía una simple consulta para ver si se planteaban quitármela o no, se convirtió en una extracción a traición. La doctora me lo vendió como algo sencillo que no iba a durar más de cinco minutos, así que accedí confiado, pensando que incluso tendría tiempo de sobra para acudir a la cena a la que había quedado.
 Al parecer, una de las raíces de mi muela había decidido alejarse de sus compañeras y adentrarse en las profundidades de mi mandíbula, aferrándose a ella formando un imposible ángulo que complicó excesivamente la intervención. Los cinco minutos se convirtieron en más de media hora de violento forcejeo, sangre y dolor. Poco alentaron los comentarios de la doctora diciéndome que pocas veces se había enfrentado a una muela así y mucho menos cuando se santiguó a mitad de la extracción.
 Yo ya pensaba que casi mejor era que la dejaran como estaba, que yo ya había aprendido a vivir con ella y sus molestias. Para colmo entró un compañero que al ver el panorama de la dentista torturándome y poniendo a prueba la elasticidad de mi labio, le dio por opinar diciendo: "lo mejor será partir la muela"
¿Partir mi muela? De eso nada, me agarré a los reposabrazos de la silla infernal y colaboré tirando en dirección contraria a la fuerza ejercida por la doctora y su galería de herramientas (probó más de cuatro diferentes). Por fin salió, estábamos los dos extenuados, yo creo que casi nos damos un abrazo y todo.
 Y ahora estoy aquí, dolorido pero aliviado y bien cargado de antibióticos y antisépticos. No puedo evitar, después de todo esto, acordarme de una escena del musical "La pequeña tienda de los horrores" donde Steve Martin, que interpreta a un sádico dentista, canta la canción "I'm your dentist".
 Dedicado a María, ella si fue una campeona: