domingo, 31 de enero de 2010

TEMAZOS 7: "Tajabone" de Ismael Lo

Escuché este tema por primera vez viendo "Todo sobre mi madre" de Pedro Almodóvar. En la película, la canción acompañaba a la protagonista en su viaje a Barcelona, con la intención de buscar al padre de su hijo, recientemente fallecido. Aunque musicalmente la canción queda perfecta en ese fragmento de la película, la letra no tiene nada que ver, en principio, con el peculiar argumento de "Todo sobre mi madre".
"Tajabone" es una canción en lengua wolof del senegalés Ismael Lo en la que se cuenta una tradición musulmana. "Tajabone" es una fiesta que da fin al ramadán: los niños van de casa en casa recibiendo dulces, recordando a los fieles si han cumplido con las exigencias de la religión y además, se visten con ropas del sexo opuesto... ¿Estará ahí la conexión con la película? ¿Nos querrá decir que para un Dios la identidad sexual de cada uno es indiferente? Algo me dice que la decisión de poner esta canción no siguió sólo criterios musicales.
Aquí os dejo el vídeo para que disfrutéis de esta maravilla de canción:

lunes, 25 de enero de 2010

¡VIVA MURCIA!


Aunque he tenido muchas oportunidades de visitar Murcia en estos últimos años, no ha sido hasta ahora cuando finalmente ha podido ser. Se han tenido que juntar varios factores: Clara y José Miguel querían ver una exposición de Alfonso X "El sabio", Isabel necesitaba urgentemente unos muebles de impronunciable nombre de Ikea y yo simplemente me apunté porque no tenía ningún plan ese fin de semana.
La exposición no era, en principio, lo que más me apetecía, pero la verdad es que me sorprendió. Estaba llena de curiosidades sobre la influencia de Alfonso X en la cultura y sociedad de la época. Una exposición muy bien organizada para atraer a todo tipo de público, con el aliciente de que por primera vez en muchos años estaban reunidos las 4 códices de las cantigas. Importancia de la que no hubiera sido consciente si no fuera por ir acompañado de expertos en el tema como son Clara y José Miguel.
Por la noche, nos dedicamos con empeño a exprimir al máximo la ruta del tapeo de Murcia. Menos mal que mi amigo Javi Mínguez me diseñó por teléfono una ruta con los mejores sitios y sus correspondientes especialidades. De este modo y con mi hoja de libreta en la mano , fuimos tachando de la lista manjares que en Valencia no tenemos, como las "marineras", los pasteles de carne, los "michirones" o el "zarangollo", entre otros. Esa noche me percaté de ciertas peculiaridades de mis acompañantes: cuando mi prima va en grupo lo hace siempre unos pasos por delante de los demás, a Isabel todo "le extraña" y José Miguel tiene un impopular pero efectivo sentido de la orientación.
La visita guiada por la Murcia más clásica el sábado por la mañana estuvo muy bien: explicada al detalle por Pilar, nuestra fantástica guía, que acompañaba cada comentario de alguna anecdotilla curiosa. Quizás el único inconveniente es que casi fallecemos de hipotermia en el interior de la catedral.
La tarde del sábado se centró en Ikea, ese lugar que se han inventado para que nos avergoncemos de lo que es capaz de hacer nuestro consumismo feroz y desmesurado. Cuando uno va por ikea sin ningún objetivo en concreto, cualquier objeto o accesorio parece imprescindible y de extrema necesidad. Pero tanto pecado tuvo su castigo divino y pasamos 10 minutos de auténtico pánico cuando al llegar al coche con dos carros repletos, el maletero no se podía abrir. De regreso al hotel y como no podíamos dejar nuestra compra a la vista, lo que no cabía en el maletero fue subido a las habitaciones ante la atónita mirada del recepcionista y demás clientes. Por la noche volvimos al casco viejo murciano, pero esta vez ya éramos especialistas de la ruta y nos dio tiempo a descubrir nuevos e interesantes locales.
El domingo tuvo lugar un hecho insólito: después de los agujeros negros del universo, la siguiente cosa inexplicable de este mundo es cómo mi prima Clara fue capaz de organizar en un maletero y un asiento las compras y maletas de cuatro personas. Tras este misterio, dejamos Murcia rumbo a Altea, donde queríamos comer.
Altea estaba tan bonita como siempre, a pesar de los nubarrones, y aunque no tuvimos suerte en los restaurantes más apetecibles, acabamos en uno que tenía aspecto de estar destinado a turismo foráneo. Entramos allí por la insistencia de su camarera, que nos asaltó a traición en pleno paseo. A pesar de la inicial desconfianza, el arroz con bogavante silenció todos nuestros prejuicios.
Y así, finalmente, llegamos a casa rememorando lo bien que lo habíamos pasado y satisfechos de haber acabado un fin de semana "REDONDO".

Por cierto, si a alguien le interesa esta experiencia murciana, el hotel es de cuatro estrellas, bien situado y a precio muy asequible: "Hotel Conde de Floridablanca" en la Calle Princesa. Aunque tenemos la ligera sospecha que el servicio de limpieza fumaba, a juzgar por los extraños olores que se percibían al regresar a la habitación. Eso o es que el ambientador no era muy acertado.

miércoles, 20 de enero de 2010

Las llaves de María. Una anécdota verdadera.


Durante mis dos primeros años en mi actual vivienda, tuve una pareja de vecinos en la puerta de al lado. Ella se llamaba María, brasileña, hablaba una acelerada e ininteligible mezcla de portugués y español. Él se llamaba Marcio, argentino, y siempre me saludaba con un sonriente "Hola vecino" porque nunca se acordaba de mi nombre. Aunque nuestra relación se reducía a breves encuentros en el rellano o ascensor, eran una pareja muy maja.
Un día, a eso de las tres de la tarde, mientras comía, sonó el timbre. Abrí la puerta y me encontré a María un poco sofocada. Tras tres intentos de explicación en su peculiar bilingüismo, me pude enterar que se había dejado las llaves dentro de casa. Además, María pretendía entrar en mi piso para saltar desde mi balcón al suyo y poder recuperar así sus llaves. Antes de que pudiera contestar algo, María ya había entrado decidida a mi casa y cruzaba mi comedor rápidamente en dirección al balcón. Yo la seguí hasta allí sugiriendo tímidamente que sí estaba segura de lo que pretendía hacer:
Molto segura! Respondió ella.
Mientras sopesaba la manera de subir la pierna por la barandilla y el modo de agarrarse a la pared, yo no hacía otra cosa que imaginar las consecuencias fatales de la escena. Ya me veía sentado frente a un poli bueno y a un poli malo explicando por qué mi fallecida vecina brasileña se había precipitado desde mi balcón. María comprobó que la distancia entre un balcón y otro era bastante peligrosa y yo la convencí de que sería mejor que no lo hiciera. Una vez entró en razón, me contó que quería hacerlo para que su marido no le riñera por uno más de sus habituales olvidos con las llaves. María se fue de mi casa, teléfono en mano, marcando el número de su marido y yéndose a trabajar con las llaves dentro del piso.
Al día siguiente me la encontré en el portal y le pregunté cómo había acabado la historia. El desenlace me pareció entrañable: cuando llamó a Marcio, éste le dijo que tenía una copia de las llaves en un compartimento interior del bolso que llevaba. María se extrañó de que supiera cuál de sus numerosos bolsos llevaba. Por lo visto, Marcio, gran conocedor y sufridor de los despistes de su mujer, había puesto una copia en cada uno de los bolsos de María sin que ella lo supiera. Este último detalle era fundamental, ya que si lo hubiera sabido, habría dejado de preocuparse por coger o no las llaves.
Hace tiempo que Marcio y María se fueron (sin despedirse, por cierto), así que ya no oigo la risa alocada de ella a través de la pared, ni los enérgicos "la concha de tu madre" de él, cuando maldecía a alguien viendo el fútbol. A veces aún les llega correo a su buzón y me acuerdo de ellos y de esta anécdota con final feliz.

viernes, 15 de enero de 2010

"La cinta blanca" de Michael Haneke




¿Cómo se originó el fascismo? ¿Qué suma de factores provocó que toda una generación sembrara el horror nazi? Michael Haneke intenta dar respuestas a estas preguntas y desenterrar las raíces del mal en su última e impactante película.
Como ocurrió el año pasado con "La clase", el Club Diario Levante nos ofreció el preestreno de la última película ganadora de la prestigiosa Palma de oro del festival de Cannes. La historia se centra en los sucesos ocurridos durante un año en un pequeño pueblo alemán en 1913, poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial. Un pueblo en el que los niños (asombrosamente interpretados) reciben una estricta educación represora, donde el diálogo y la diversidad de opiniones no tienen cabida. Poco más contaré del argumento, cuanto menos se sepa mejor.
La película está filmada en una impresionante fotografía en blanco y negro y contiene momentos sobrecogedores, de quitarse el sombrero. Una film tan bonito como brutal, bello e incómodo al mismo tiempo. Si habéis visto alguna película de Haneke ("La pianista", "Funny games" o "Caché") sabréis que su cine no es de fácil consumo, sino que más bien genera desasosiego. "La cinta blanca" es muy probablemente su obra más completa en todos los aspectos, su obra cumbre.
Una vez disfrutada y pasado cierto tiempo, sus detalles y simbolismos cobran cada vez más sentido. En general, la película entera me acompaña y se ancla en mi cabeza días después de haberla visto... ¿Obra maestra?... el tiempo me dirá.

miércoles, 13 de enero de 2010

"Un tipo serio" de los hermanos Coen.


Esta es, básicamente, la desafortunada historia de un "pringao": un hombre que sin dejar de repetir incesantemente que "él no ha hecho nada malo", busca desesperadamente la causa de su creciente mala suerte. A lo largo del metraje, observamos como la vida de este judío norteamericano se va desmoronando cada vez más, pero no penséis que es una película angustiosa o deprimente, los Coen ponen sus notas de ingenio, humor y bastante mala uva.
El desdichado protagonista busca respuesta en un rabino tras otro mientras su aparentemente establecida vida de clase media se tambalea. Todo menos sacar carácter y enfrentarse a aquellos que le torean y humillan.
Los Coen aprovechan esta ocasión para dar un pequeño mazazo a las comunidades religiosas y al falaz sueño americano de tenerlo "todo" por cumplir la fórmula de Familia+Trabajo+Casa+Coche+T.V.= Felicidad completa.
La película es extraña, hasta para ser de los Coen, y se ve con cierto desconcierto. Tiene momentos originales relmente brillantes y todo el reparto está magnífico. Finalmente, se sale medianamente contento del cine, pero el poso que va dejando mejora mucho el resultado. Una vez digerida y reflexionada , uno se da cuenta de que es una gran película. Recomendable.

domingo, 10 de enero de 2010

TEMAZOS 6. "Paloma" de Andrés Calamaro o Cómo fui feliz tras dos intentos frustrados de escucharla en directo.

Ya era hora de poner un tema de Andrés Calamaro, artista que ostenta un curioso récord en mi vida: es el cantante que más he ido a ver en concierto (5 veces) pero que sólo he podido disfrutar en tres ocasiones. En primavera de 2008, programó un concierto en Burjassot al que acudí con ilusión desde Torrevieja, donde trabajaba por aquel entonces. El concierto se suspendió por una tímida lluvia un par de horas antes del comienzo. Regresé a casa con una mezcla de despago y cabreo. El evento se pospuso a una semana después en el mismo lugar: volví a hacer el viaje desde Torrevieja con la certeza de que dos veces no me iba a pasar lo mismo. Y pasó.
Esta vez, una fuerte lluvia a la misma hora de la esperada actuación hizo imposible su comienzo. El concierto se suspendió definitivamente. Sin entrar en detalles, por aquella época yo no estaba en mi mejor momento, y este segundo golpe de mala suerte me afectó un poco más de lo habitual.
Pasó el verano, un verano que supuso un antes y un después en mi vida (los que me conocéis sabéis por qué) y Calamaro regresó. En esta ocasión no pude convocar a todos los que fuimos en los intentos anteriores, no les culpo. Pero mi amigo Paco, fiel seguidor del argentino, me acompañó al concierto que más he disfrutado en mi vida. Por lo menos tuvieron la prudencia de no hacerlo al aire libre, aunque nos asáramos de calor en el Greenspace de Valencia. A la tercera fue la vencida, Calamaro me debía un concierto y me lo dio.
La frustración de los conciertos suspendidos había acrecentado mi obsesión por escuchar "Paloma" en vivo. Necesitaba desesperadamente que la tocara porque es uno de mis temas favoritos. Aunque se hizo esperar y la dejó para el final, sólo puedo decir que me dejé la garganta cantándola. Fue muy emocionante.

Aquí os dejo el vídeo de ese momento que he encontrado en youtube (no soy el único que vibra con "Paloma") No busquéis mi cabeza porque no se me ve, aunque estaba cerca.


Como el sonido en el anterior vídeo no es muy bueno, aquí os dejo el enlace para disfrutarla mejor:

http://www.youtube.com/watch?v=e-2UG6Cgvck


sábado, 9 de enero de 2010

Cenando en Valencia 2


La Mora. Calle San Francisco de Borja 1

Aunque pueda parecer increíble, 15 días de vacaciones no fueron suficientes para poder quedar con todos los amigos y familiares. La cita navideña con mi prima Clara y su marido José Miguel aún quedaba pendiente. Así pues, nosotros tres y nuestra amiga Isabel (fiel seguidora de este blog) fuimos a cenar a La Mora. A esta taberna le tengo el ojo echado desde hace mucho tiempo, pues paso mucho por delante de la misma y sea cual sea el día siempre está llena. Buena señal.
La cocina es a base de tapas desde las más clásicas hasta las más elaboradas y personales. Las raciones están bien y la relación calidad-precio es muy buena. Nosotros hemos disfrutado de ensalada de la casa, tempura de langostinos, delicias de pato, revuelto de morcilla, croquetas de espinacas... entre otros platos. El vino tenía que ser un Rioja, concretamente de Haro, donde tiene su vacante de profe Clara. El postre ha sido una auténtica bomba: tarta de chocolate con relleno de dulce de leche...ahí es nada.
La única pega que puedo poner es que el local es muy pequeño y según donde te sienten puede resultar algo estrecho para el paso de los camareros. Eso sí, el servicio ha sido rapidísimo. Supongo que el hecho de que haya un segundo turno después de las once influye en este aspecto.
En resumen, una muy buena cena y una divertida velada donde hemos celebrado el último triunfo musical de J. Miguel como compositor y hemos empezado a planear lo que parece que será definitivamente nuestro viaje de verano: ¡Polonia!

viernes, 8 de enero de 2010

"CAPITALISMO: Una historia de amor" de Michael Moore


Supongo que pecaré de ingenuo al pensar que con los miles de millones de dólares del contribuyente con los que se rescata a los bancos en estos tiempos de recesión, se podrían solucionar inmensos problemas mundiales. Supongo que pecaré de demagogo si hago el sencillo cociente de miles de millones de dólares entre los casi 7000 millones de habitantes del planeta. A Michael Moore también le acusan a veces y con algo de razón, de ser un pelín manipulador y demagogo. Pero de todo lo que cuenta en sus documentales, estoy seguro que hay un gran porcentaje de autenticidad, de verdades incómodas, verdades que duelen como puñetazos.
Michael Moore hace esta vez un repaso del sistema capitalista y de cómo éste ha acabado arruinando a su país. Es impresionante como el 1% de la población, con el control de la banca y el gobierno, ha terminado hundiendo el sistema y encima obtienen su salvación de quienes han exprimido durante décadas: el pueblo.
A medida que los impuestos de la minoría rica han ido descendiendo (sobretodo al llegar Reagan) los abusos contra los trabajadores han ido aumentando para saciar su creciente avaricia: bancos que proponen engañosas refinaciaciones de sus casas a los ancianos, empresas que cobran seguros de vida de empleados fallecidos, reducciones de plantilla y sueldos irrisorios ninguneando a los sindicatos... Tras toda esta información, Moore se pregunta por qué el resto de su país, ese 99%, no ha hecho nada hasta ahora, como si tuvieran la esperanza de poder acceder algún día a la minoría rica. Según nos muestra en un par de ejemplos muy interesantes, el pueblo se está despertando y pequeños granitos de arena están juntándose en una mínima pero alentadora revolución.
Un documental muy bien explicado con un habitual exceso de exhibicionismo por parte de Moore. Sus momentos más payasos, con la necesaria intención de tocar las pelotas, son divertidos, pero quizás debería reducirlos en favor de un análisis más profundo de alguno de los datos que presenta. Moore tiene talento para entretener a pesar de que su material sea de lo más dramático, pero corre el riesgo de perder seriedad.
Finalmente, el conjunto resulta satisfactorio y con momentos muy impactantes. El problema es que por la fecha en la que se concluyó su filmación, deja un mensaje de esperanza volcado en la figura de Obama que me parece demasiado optimista y algo panfletario.

lunes, 4 de enero de 2010

REYES ANTICIPADOS. Una anécdota familiar


Si la memoria no me falla, eran las navidades de 1983 y yo tenía 6 años. La calle San Vicente, donde vivía con mis padres y mis tres hermanos mayores, se había convertido en una inmensa zanja debido a las obras de construcción de lo que hoy es la línea 1 del metro de Valencia. Todavía conservaba la fe en los Reyes Magos, a pesar de que uno de mis hermanos siempre me chinchaba diciéndome que "aún me faltaba por conocer el gran secreto de los Reyes"
Mis hermanos contaban con 11, 12 y 13 años respectivamente y supongo que estaban hartos de esperar hasta el 6 de enero para disfrutar de unos regalos que probablemente estaban en casa de la vecina de arriba. Desperdiciar unos magníficos días de vacaciones sin poder sacar provecho de esos regalos era un fastidio para ellos. Como sabían que saltarse la norma de desvelarme el gran secreto no hubiera sido bien visto por mis padres, manifestaron su queja a mi madre en busca de una solución conciliadora. Desconozco cuánto tiempo le llevó a mi madre dar con su peculiar ocurrencia, ella no recuerda la anécdota, pero el caso es que se encontró una solución que contentó a todos. A mi madre no se le ocurrió otra cosa que explicarme que debido a las molestias ocasionadas a los vecinos afectados por las obras del metro, los Reyes acudirían a las casas de la calle San Vicente el día 25 de diciembre en lugar del 6 de enero. Por supuesto me pareció un argumento de lo más razonable y acepté encantado la buena noticia. Yo era consciente que en el mundo había niños que tenían vidas muy desgraciadas rodeados del hambre y las guerras, pero posiblemente a ellos también les estarían aplicando esa excepción. Así que en 1983, en la calle San Vicente Mártir de Valencia, los Reyes Magos de oriente cometieron una justificadísima irregularidad y repartieron los regalos el día 25.
Una vez terminadas las vacaciones y de regreso al colegio, presumí orgulloso ante mis asombrados compañeros de las ventajas de tener los regalos de Reyes 12 días antes que el resto de gente.
Pocos meses después, un amigo de L'Eliana, algo mayor que yo, me descubrió el famoso "secreto" de los Reyes y entonces caí en la cuenta de lo tonto que había sido aquellas pasadas navidades. Recuerdo que mi padre aún intentó convencerme de la existencia de los Reyes... pero ya era demasiado tarde.