lunes, 6 de julio de 2009

Lecturas de verano 1.


"Niños rociando gato con gasolina" de Alberto Torres Blandina.

Los llamados "Niños índigo" son jóvenes con una inteligencia y una ética superior a la del resto de la humanidad. Son niños dotados de un don especial que representan un estado avanzado de la evolución humana, por lo que están destinados a convertirse en los guías de una sociedad abocada al desastre. El término índigo se debe al aura azulada que emiten sus cuerpos al ser fotografiados con espectrofotómetros.

Los seguidores de este fenómeno, que pertenece a las corrientes de la Nueva Era, son bastante numerosos en la red y existen algunos libros al respecto. A pesar de ello, no han gozado nunca de la aprobación de la comunidad científica. Tomando como base estas teorías, Alberto Torres Blandina elebora una novela de ficción en la que cuatro niños supuestamente especiales son apartados de sus vidas e internados en un centro especial donde serán preparados para su destino: cambiar el mundo y sus miserias. Con el tiempo, el lector irá descubriendo todo un mundo de falsedades que condicionará el futuro de los protagonistas. Entrecruzando pequeños relatos en diferentes épocas, el autor construye una historia muy interesante y de ágil lectura. Muchos de estos breves capítulos son magníficas piezas de un rompecabezas que no termina de encajar. Quizás la historia concluya dejando algún cabo sin atar, algún personaje sin detallar suficientemente...aunque cabe la posibilidad de que este hecho sea intencionado por parte del autor.

1 comentario:

  1. Doy la bienvenida al blog para sumarme a su repertorio habitual de visitadores, aunque la realidad me dice que habitualmente los blogs casi nunca son visitados por nadie y que el trabajo que se pone en ellos generalmente queda en saco roto, y eso justamente fue lo que me pasó a mí en mis dos intentos anteriores. Sobre el libro que comentas, su autor fue compañero mío de carrera, y un día hicimos un intercambio de escritos: yo le hice un prólogo a sus relatos y él me dio su opinión sobre mis poemas. Luago, en la vida, unos triunfan en el mundo de la literatura (él) y otros no, pero bueno. Vaya comentario más pesimista que me ha salido. Hasta más ver.

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